Un Jazz ebrio

Siento caer la lluvia en mis mejillas,
lluvia seca de tanto llorar
por no tenerte en estas noches frías.

De fondo, suena amargado un Jazz,
sólo un saxofón triste y nostálgico
junto a tu piano lóbrego y ausente.

Pasa el tiempo, continua el calvario
y mis heridas siguen presentes,
infectas por mi odio y tu desprecio.

"Siempre nos quedará París" dijo.
Es el fuego del más vivo incendio,
un lindo recuerdo, pero vacío.

Vivo en este páramo desértico,
tu Dios salvador me dio la espalda.
estoy solo, tristemente solo.

Ya no creo en mi, en nadie, en nada,
creí una vez, y me devoró el lobo.
No sufriré por tu sinrazón.

Quiero que el río abatido me arrastre,
que Caronte me lleve a prisión,
y que todo mi dolor se acabe.

Se acabe la felicidad.
Se acabe la música.
Se acabe...
Que todo se acabe

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